Que ganas tenía de llevarme a la familia de Sonia y Alberto a la playa, y que me regalaran un ratito de buenos momentos.
El día que decidimos hacer esta sesión de fotografía me había imaginado una tarde de verano en la playa con un atardecer espectacular y unos colores naranjas arrebatadores. Pero el día de la sesión, las nubes no abandonaron el cielo del norte de Tenerife (algo muy habitual) y, pese a ello, decidimos hacerla, sobre todo al ajustado horario de la familia de Sonia y Alberto.
Me tocó cambiar completamente mi planteamiento previo, y planificar una sesión con unas condiciones lumínicas totalmente diferentes a las que inicialmente había imaginado, todo sobre la marcha, espontáneo y con naturalidad…como me gusta!!
Al final, en el momento de la edición me encontré con una serie de imágenes increíbles, con unos matices y texturas que en otras condiciones lumínicas jamas hubiera encontrado.
El resultado es este, y sinceramente, me encanta!!!